Carl Rogers nace EEUU en una familia muy conservadora.
Estudia dos años de teología y luego psicología. Le interesa el psicoanálisis y la psicología más experimentalista.
Trabaja en diferentes universidades americanas, y termina instalándose en California.
Un buen resumen de la teoría relizado por unas compañeras
Rogers entiende al ser humano como un organismo más de la naturaleza, una unidad indivisible que vive y reacciona ante el entorno.
La vida es un flujo continuo, en el que el organismo progresa porque está dotado con una tendencia actualizadora: un impulso constante para progresar.
Las personas vivencian el mundo y lo representan. Una experiencia fundamental es la que tenemos sobre nosotros mismos, el autoconcepto: lo que hemos aprendido a pensar sobre nosotros mismos por nuestra experiencia en el ambiente y los juicios que los demás hacen de nosotros.
Nuestro auto-concepto es muy vulnerable. Si los demás nos critican desarrollamos una conciencia distorsionada de nosostros mismos.
La patología es causada por una discrepancia entre el “yo organismo” diseñado para progresar y un auto-concepto distorsionado. El resultado es que las personas dejan de confiar en sus capacidades naturales para el progreso y pierden el contacto con la experiencia como fuente de información.
OBJETIVOS
Los terapeutas centrados en la persona no establecen objetivos, sí hay una serie de resultados deseables con los tratamientos:
TÉCNICAS
El terapeuta es colaborador y empático. La relación terapéutica es la técnica cambio porqye si la persona se siente aceptada y segura conseguirá reactivar su tendencia actualizadora.
Para que este proceso se lleve a cabo hace falta:
Para ello usa dos técnicas básicas:
El cambio es inevitable dice Rogers, pero a veces se te olvida y te quedas atascado, incapaz de ver la salida y lo bueno que hay en ti. Y entonces necesitas que alguien te recuerde que "sigues teniendo esa estrella, la que te dió luz ayer". Deja que Gabriel de Bauer te lo cuente y te lo cante.